Palma de Mallorca
 
 


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Gongora



SONETOS

Al tramontar del sol, la ninfa mía,
de flores despojando el verde llano,
cuantas troncaba la hermosa mano,
tantas el blanco pie crecer hacía.

Ondeábale el viento que corría
el oro fino con error galano,
cual verde hoja del álamo lozano
se mueve al rojo despuntar del día;

mas luego que ciñó sus sienes bellas
de los varios despojos de su falda
(término puesto al oro y a la nieve),

juraré que lució más su guirnalda
con ser de flores, la otra ser de estrellas,
que la que ilustra el cielo en luces nueve.

* * *

La dulce boca que a gustar convida
un humor entre perlas destilado
y a no envidiar aquel licor sagrado
que a júpiter ministra el garzón de Ida,
amantes, no toquéis si queréis vida;
porque entre un labio y otro colorado
Amor está, de su veneno armado,
cual entre flor y flor sierpe escondida,

No os engañen las rosas, que a la aurora
díréis que, aljofaradas y olorosas,
se le cayeron del purpúreo seno;

manzanas son de Tántalo, y no rosas,
que después huyen del que incitan ahora,
y sólo del amor queda el veneno.

* * *

No destrozada nave en roca dura
tocó la playa más arrepentida,
ni pajarilla de la red tendida
voló más temeroso a la espesura,

bella ninfa, la planta mal segura,
no tan alborotada ni afligida,
hurto de verde prado, que escondida
víbora regalaba en su verdura,

como yo, amor, la condición airada,
las rubias trenzas y la vista bella
huyendo voy, con pie ya desatado,

de mi enemiga en vano celebrada.
Adiós, ninfa cruel; quedaos con ella,
dura roca, red de oro, alegre prado.











Pep Cardona. Diciembre 1996. Palma de Mallorca.